Si limitamos los cambios en la dieta, nos será más difícil alcanzar nuestro objetivo. Es fundamental acompañar estas modificaciones de la dieta con un aumento progresivo de la actividad física. No se trata de convertirse en atleta instantáneamente o haciendo ejercicio agotador. Se trata de entrenar el cerebro de una manera que lo haga funcionar de manera más eficiente. En lugar de quejarse de su falta de tiempo, considérelo como una oportunidad para hacer algo positivo por su cuerpo y su mente. Elija una actividad que sepa que puede incorporar fácilmente a su rutina diaria. De esa manera, se asegurará de hacerlo y de que se convierta en parte de su estilo de vida.